martes, 25 de septiembre de 2012

Maldito Karma, alcanzar el Nirvana a base de carcajadas



                                            
La presentadora de televisión Kim Lange lo tiene todo: un marido guapo y atento, Alex, una hija encantadora, Lilly, una casa, trabaja en lo que le gusta... una vida perfecta. Pero un buen día todo se acaba y muere aplastada por el lavabo de una estación espacial rusa.

Al morir, Kim se encuentra con Buda en un "más allá" un tanto particular, y es entonces cuando Kim se da cuenta del mal karma que ha acumulado a lo largo de su vida.... ha engañado a su marido, ha descuidado a su hija y ha amargado a cuantos la rodean. Pronto descubre cuál es su castigo: está en un agujero, tiene dos antenas y seis patas... ¡es una hormiga! Kim no tiene ganas de ir arrastrando migas de pastel tras haber eludido los hidratos de carbono toda su vida. Además, no puede permitir que su marido se consuele con otra. Sólo le queda una salida: acumular buen karma para ascender por la escala de la reencarnación y volver a ser humana.
                                           
En su vida como hormiga, “casualmente” vive en el jardín de su casa, y puede ver cómo su mejor amiga pretende ocupar su lugar como madre de su hija y esposa de su marido. Esto no lo puede soportar. Unos celos terribles la embargan -aunque no lo quiera reconocer-  y decide escalar posiciones en sucesivas reencarnaciones para poder interferir en estas relaciones, ya que como hormiga poco tiene que hacer. Quizá un mamífero estuviera bien. Sin embargo el camino para dejar de ser un insecto y convertirse en un ser bípedo es duro y está plagado de contratiempos.

Siempre he creído que los libros muchas veces nos parecen buenos o malos dependiendo del momento en el que los leemos. Y yo creo que este lo leí justo en el momento en el que lo necesitaba leer. Es casi una fábula para adultos adaptada a nuestra vida corriente con connotaciones de libro de autoayuda. Está plagado de frases cortas que te invitan a reflexionar, de la misma manera que lo hace la protagonista, sobre el aquí y ahora, tu futuro, adonde quieres ir a parar, prioridades en la vida y demás. El mensaje es claro: "no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes". 

Antes que una novela de humor, me ha parecido una maravillosa historia de amor. Una novela romántica diferente, enfocada desde un punto de vista jocoso, o absurdo, pero de amor al fin y al cabo. Es como si el autor hubiera querido disimular una novela romántica bajo el aspecto de una historia cómica, que tiene mejor prensa. O quizá que la propia protagonista quisiera camuflar su amor, fundamentando sus acciones con otros motivos con los que ella, más o menos, se justifica.

Kim es un personaje sarcástico, egoísta, superficial, orgulloso, que no le importa pisar a los demás para conseguir lo que quiere. Al principio puede caer incluso mal pero a medida que va reencarnándose sufre un cambio en su forma de ver la vida. No creo que Kim sea una persona ni muy mala ni muy buena. Simplemente veo que es una persona normal, como cualquiera de nosotros, que se ha equivocado en muchos asuntos de su vida y a la que se le ofrece la oportunidad de enmendar sus errores. Por eso creo que no somos tan diferentes de ella, pues todos nos equivocamos, pero también aprendemos de nuestros errores. Por eso Kim me parece me parece un personaje simpático, que a lo largo del libro demuestra que la gente puede cambiar si se lo propone. Solo hacen falta ganas y fuerza de voluntad.

La historia está narrada por Kim, un lenguaje vulgar a veces, con la cual cosa se nos hace mucho más evidente la evolución que sufre a lo largo del libro. Como curiosidad, debajo en algunas páginas, podremos leer las "Memorias de Casanova", donde veremos su curioso punto de vista. Y es que este personaje, quien se ha reencarnado en hormiga, vida tras vida desde 1798 (no ha aprendido nada y sigue en sus trece), será quien ayude a la protagonista a acumular buen karma para ir subiendo de categoría en las reencarnaciones. La risa está asegurada con este su personaje y sólo por ello ya merece la pena leer ‘Maldito Karma’.

       La narración es original, ligera, fresca y altamente adictiva, te aseguro que puedes pasar un muy buen rato leyéndola. Hay que destacar es la capacidad del autor para describir como podría ser la vida de una hormiga, así como el ambiente de un hormiguero, lo que pueden llegar a sufrir los animales en los laboratorios o incluso la forma en la que nos perciben nuestras mascotas de compañía. 



David Safier nació en Bremen en 1966,  estudió periodismo y se formó profesionalmente en la radio y la televisión, se dio a conocer como guionista de series de televisión de éxito como Mein Leben und Ich ("Mi vida y yo") Nikola y la comedia de situación titulada Berlin, Berlin. Ha sido galardonado con el Premio Grimme y el Premio TV en Alemania, y con un Emmy en Estados Unidos. Vive y trabaja en Bremen. El caso es que se ha pasado al lado oscuro de la literatura, y en cualquier caso, no lo podría haber hecho con mejor pie, con títulos como Maldito Karma (2009) Jesús me quiere (2010) ,Yo, mi, me... contigo (2011), y el último, Una familia feliz (2012)




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domingo, 23 de septiembre de 2012

84, Charing Cross Road, de Helene Hanff. O El Amor a los libros.



84, Charing Cross Road, de Helene Hanff. O El Amor a los libros.




Hace ya varios años, en una tarde de  aburrimiento, comencé a buscar un nuevo libro que leer. Buscar libros es sin duda es uno de los pequeños placeres de este mundo, aunque desgraciadamente, cada vez somos menos los que sabemos reconocer en ello un placer. Por casualidad me topé con este pequeño tesoro de la literatura, una delicia de apenas ciento veintiocho páginas, 84, Charing Cross Road, de Helene Hanff.
Cuando empecé a leerlo, me resultó tan ameno que cuando acordé iba por la mitad, y como es de  esos libros que mientras lees desearías que no acabaran nunca,  decidí espaciar mis lecturas (haciendo un gran esfuerzo), pues es realmente maravilloso y quería saborearlo lentamente, quería dejarme  llevar por el encanto de lo que ya, prácticamente, ha desaparecido: la correspondencia escrita de puño y letra.
Algunos libros pueden leerse y releerse y cada vez que los retomamos es como la primera vez. Con este libro en concreto pasa eso. Libros como este, que hablan sobre el amor a la literatura, deberían ser de lectura obligada en institutos, con la idea de formar nuevos y buenos lectores. Es realmente una pequeña joya: divertida, tierna, conmovedora, con un punto de humor, y logra transmitir ese amor a los libros que siente la protagonista.
Este preciosidad es un canto a la amistad y al amor por los libros, una reivindicación del trabajo del librero, una visión de las penurias económicas de la Inglaterra de la posguerra y del poder emergente de Estados Unidos, vamos, un retrato de la época. Resulta increíble como el amor por los libros puede establecer lazos que ni el tiempo ni la distancia puede borrar.
En las primeras cartas solo se percibe una relación comercial librero-cliente, pero poco a poco, gracias a la ironía y humor de Helene, el ultracorrecto librero Frank va encariñándose con ella, carta tras carta. También encontramos cartas de algunos amigos de Helene, de la mujer de Frank, Nora, y de otros empleados de la librería Marks&Co  que le cogen mucho cariño gracias a los regalos que Helene les hace, alimentos y otros útiles, muy de agradecer debido a la pobreza que sufría Inglaterra en aquellos tiempos.
84, Charing Cross Road es un regalo para cualquiera que ame los libros pero también para quien tenga la curiosidad de asomarse a la vida de Helene Hanff, una persona realmente divertida y especial. La única pena de abrir este pequeño y delicioso hatillo de correspondencia es que se termina de leer demasiado rápido y la desaparición de algunos personajes deja un vacío.
Helene es una escritora autodidacta que sobrevive en Nueva York pendiente de que le acepten sus obras de teatro, artículos, cuentos, guiones para la televisión y ensayos. Un otoño de 1949, ávida por los clásicos y cansada de la poca oferta de las librerías de segunda mano de su ciudad, se arriesga a escribir una pequeña misiva a Marks & Co., Libreros, 84 Charing Cross Road, Londres y les solicita una pequeña lista de ensayos que desea conseguir, si no son demasiado caros. Frank Doel, uno de los empleados de la librería inglesa contesta su carta y le remite las obras solicitadas, iniciando así, sin sospecharlo, una deliciosa correspondencia que durará hasta finales de los años 60. Este libro es en realidad una recopilación de cartas que se escribieron la propia Helene y Frank, uno de los trabajadores de Marks & Co., una librería londinense que precisamente estaba ubicada en la calle que le da el título a la novela. Helene le mostró estas cartas a un amigo, allá por 1969, y éste pensó que sería buena idea darles formato de libro y publicarlas, como así se hizo finalmente.

El libro tuvo un éxito inmediato, consiguiendo un reconocimiento que le había sido negado durante toda su producción literaria. Miles de lectores le escribirían para felicitarla, considerándola una amiga (unidos por ese íntimo amor a los libros). Resulta un poco irónico que Helene, que comenzó escribiendo obras de teatro que nadie quería escribir, hasta que consiguió subsistir escribiendo guiones para televisión, viera como el libro que más éxito le procuró resultara ser una colección de cartas privadas que acabaría en obra de teatro.

El libro se convertiría en una serie de televisión para la BBC en 1975. En 1981 el texto es adaptado por James Roose-Evans y triunfa en el Ambassadors Theatre de Londres. En 1982 hace lo propio en el Nederlander Theatre de Broadway de Nueva York. En 1987 se adapta cinematográficamente con el título de "La carta final", con Anthony Hopkins como Frank Doel  y Anne Bancroft como Helene Hanff, película de la que se dice que es la más bella sobre libros jamás filmada.

Argumento y personajes

El libro comienza cuando Helene, una desconocida escritora que vive en Estados Unidos y que ha leído un artículo sobre la librería inglesa Marks & Co., especializada en libros agotados, les escribe una carta en la que les solicita que le envíen varios ejemplares. Frank Doel, contesta a esta carta y a partir de este momento se inicia entre ellos una correspondencia que durará desde 1949 hasta 1969. Lo  que empieza como una relación puramente profesional entre librero y clienta va dando paso a una muy buena relación de amistad.

A través de las cartas conocemos la situación de la Inglaterra de la postguerra, una Inglaterra donde hay escasez de ciertos productos, (están en vigor las cartillas de racionamiento),  también conoceremos cosas sobre la vida de Helene, a la que no es que le vaya muy bien laboralmente hablando. Ambos personajes representan los arquetipos de su país, Helen representa el humor y la forma de ser estadounidenses, y Frank personaliza el estoicismo británico. Poco a poco iremos viendo cómo se introducen en la trama más personajes y paulatinamente conoceremos a casi todo el personal que trabaja en la librería, e incluso en algunos casos hasta a sus familiares y amigos.

A cerca del autor
Helene Hanff nació en Filadelfia, Pennsylvania, el 15 de abril de 1916 y falleció en New York, el 9 de abril de 1997. Su niñez estuvo marcada por la depresión económica que durante los 20s afectó a todo el país, y por las obras teatrales que su padre le llevaba a ver cada semana. Aunque Hanff únicamente pudo costearse un año de universidad, siempre fue una lectora apasionada, de este pasatiempo nació su afición por la escritura. A finales de los 30s Hanff decidió probar suerte en Nueva York, donde se inició como escritora de obras de teatro. En los años 40s Hanff ya había escrito más de 20 obras, pero lamentablemente ninguna fue llevada al escenario.

Y fue hacia los 40s cuando la escritora comenzó a encargar libros de una tienda londinense llamada Marks & Co. sin saber que el intercambio de misivas con uno de sus empleados la llevaría a escribir su novela más célebre: 84, Charing Cross Road. Su carrera, la llevó de escribir obras que no se llegaron a estrenar a ayudar a crear algunos de los primeros dramas televisivos del mundo del teatro de Nueva York de los años cuarenta y cincuenta. Helene escribió y editó guiones de una gran variedad de dramas televisivos tempraneros, producidos fuera de Nueva York. Cuando la producción televisiva se movió a California, su trabajo decayó poco a poco, y acabó trabajando para revistas, y finalmente en los libros que forjaron su reputación.

El edificio de apartamentos donde vivió, el 305 E. de la calle 72 ha sido llamado "Charing Cross House" en su honor. Una placa de bronce junto a la puerta principal conmemora su residencia y la autoría del libro.

En 1971, Helene Hanff pudo cumplir su sueño de viajar por fin a Inglaterra, la norteamericana se dio de bruces con la cruda realidad: Frank Doel había muerto y Marks & Co. había cerrado sus puertas.

Si tenéis la oportunidad de visitar Londres, no dejéis de visitar el lugar. La librería ya no está (ahora hay un restaurante), pero hay una placa en la pared donde se nombra todo: a Helene Hanff, Marks & Co., el libro... Es interesante. Y de paso conoces también esta calle, que es muy pintoresca 

 

Otras obras de la autora:

·         Cartas desde Nueva York
·         Butch Elects a Mayor
·         The Movers and Shakers: The Young Activists of the Sixties
·         El terrible Thomas
·         Reina de Inglaterra: La historia de Elizabeth I
·         The Signing of the Constitution
·         John F. Kennedy: Young Man of Destiny
·         The Helene Hanff Omnibus
·         Good Neighbors: The Peace Corps in Latin America

Lo mejor
  • Una historia real, historia de amistad que surge a través de las cartas que se cruzan dos personas que no se conocen de nada.
  • Resulta interesantes las continuas menciones que se hacen de ciertos libros y sus características.
  • El amor por los libros que se respira en la novela.
Lo peor
  • Preferible leerlo en inglés. Se pierde al traducirlo.
  • Se hace cortísimo y la verdad es que te quedé con ganas de más.
Relaciones a distancia y amor por los libros
En una época en la que es tan fácil relacionarse vía mail, chat…. con gente a la que no conocemos de nada, esta historia resulta curiosa, debido a la época en la que las cartas se escribieron. Las cartas muestran el grado de confianza y amistad Helen y Frank alcanzan a través de su correspondencia, y cómo Helen, sorprendida al conocer la situación que se vive en Inglaterra en esa época, y  a pesar de no tener una muy buena economía en ese momento, envía a la librería paquetes con alimentos y productos que sus amigos ingleses tienen difícil conseguir en  época de postguerra. Así que lo que comienza siendo, una simple correspondencia entre librero y clienta, pasa poco a poco a ser una relación mucho más amistosa. De hecho, Helene incluso se plantea organizar una visita a Inglaterra para conocer no sólo a Frank sino también a su familia, así como al resto de compañeros que trabajan con él en la librería.

Una de los temas que más me gusta de esta obra es el amor por los libros que se desprende de la correspondencia entre los protagonistas. En sus cartas, la autora nos va descubriendo sus gustos literarios así como sus manías y sus costumbres a la hora de enfrentarse a los libros y disfrutar de ellos. Así, por ejemplo, reconoce que “me encantan esos libros de segunda mano que se abren por aquélla página que su anterior propietario leía más a menudo”.

Yo misma tengo en casa libros que han pasado por tantas manos que están los pobres completamente deshechos, pero por nada del mundo los cambiaría por ejemplares nuevos porque su estado demuestra el elevado número de personas a las que han hecho disfrutar de sus historias tanto como a mí. Espero que jamás desaparezcan las bibliotecas públicas ni los mercadillos y librerías de venta de libros de segunda mano para que todos los amantes de la lectura podamos seguir compartiendo experiencias y disfrutando con ellos.

¿Quién no ha acariciado un libro usado y como por arte de magia se ha abierto por la página favorita de su anterior propietario, aquella que ha sido leída más a menudo y que, en no pocas ocasiones, contiene esas anotaciones manuscritas con letras que tanto cuesta entender? Este y muchos otros detalles hacen de la obra todo un homenaje a esos libros y libreros de toda la vida que, por mucho que avance la edición digital, espero que jamás desaparezcan.

Cuando me regalaron mi libro electrónico yo también temía perder la sana costumbre de patearme las librerías en busca de libros, pero de momento no ha pasado y espero que nunca pase. El lector electrónico está muy bien, y me me encanta, pero jamás sustituirá, al menos para mi, al libro en papel. No entiendo por qué hay gente que cree que son incompatibles...

Por otro lado, me parece un sacrilegio, cuando en algún que otro pasaje del libro, cuando Helene considera que un libro es malo, no tiene ningún reparo en utilizar sus hojas para envolver cosas o directamente tirarlo a la basura... En mi caso,  nunca jamás en la vida sería capaz de tirar un libro a la basura, ni de utilizar sus hojas para envolver nada. Es que me pongo enferma sólo de pensarlo.

        
Un libro maravilloso. Leerlo y a ver que me contáis.