miércoles, 31 de octubre de 2012

Para leer al anochecer de Charles Dickens




"No hay dos personas que lean el mismo libro" Edmund Wilson

Llega Halloween y lo que nos pega leer es de este tipo de lecturas, este año he elegido dos y una de ellas es  Para leer antes del amanecer, historias de fantasmas, de Charles Dickens.

Para leer al anochecer presenta trece de las más célebres historias de fantasmas escritas por Dickens, algunos de ellas escritas independientes y otras son capítulos pertenecientes a obras más largas donde los fantasmas hacen su aparición. Es justo ese tipo de relatos para leer un brumoso Octubre como este. Un libro para leer al anochecer, desde luego, debajo de una manta y con una buena y humeante taza de chocolate, para no perder las buenas costumbres.

El eje central de esta selección de cuentos de miedo se centra en apariciones y demás fantasmas. El libro se abre precisamente con el relato ‘Para leer al anochecer’, donde cinco guías comienzan a contar historias escalofriantes al pie de una montaña suiza, mientras la noche cae sobre ellos. Si habéis leído alguna vez a Dickens podréis imaginaros el tono de las historias, muchas de ellas tremendamente serias, pero teñidas muchas otras de un matiz de burla y humor negro.


                                
La historia que mas me ha gustado es Cuatro historias de Fantasmas (concretamente  La primera historia) en la que se cuenta cómo una mujer se presenta a un pintor y le pide que se quede con su cara para poder pintarla más adelante de memoria. El pintor no lo entiende pero un tiempo después se encuentra con un señor que le hace un encargo: quiere el retrato de su hija fallecida tiempo atrás. Cuando la describe se da cuenta de que es la chica que le pidió que se quedara con su cara. ¿Conseguirá hacer el retrato? La historia del retratista es el mismo cuento narrado desde una  perspectiva diferente. Ésta última sobresale por las descripciones y  la atmósfera misteriosa que Dickens consigue crear con las apariciones de la joven muchacha ante el retratista, suplicándole que la recuerde para poder pintarla de memoria.


En Pálpitos confirmados asistimos a una burla del espiritismo disfrazada de vivencias reales del autor. El autor narra cómo mediante médiums, el protagonista de la historia recibe mensajes casi en código MORSE desde su estómago y su cabeza. En ellos los espíritus se presentan como “Pastel de Carne” y “Oporto”.

Asimismo,  La visita del Sr. Testador  y  El letrado y el fantasma son dos relatos narrados en clave de humor que, pese a las apariciones fantasmagóricas, resultarán divertidos por su sorprendente desenlace.
El guardavías es un cuento maravilloso. Cuenta la historia de un hombre que trabaja para la empresa de ferrocarril, y que va a ver si el guardavías hace bien su trabajo. Allí el guardavías le confiesa que una presencia se le aparece en el túnel, que después de aparecer en dos ocasiones han habido muertes relacionadas con el tren, y cree que le advierte de algo pero no sabe de qué...


La Casa Encantada, con geniales toques de humor y un final teñido de melancolía, inesperado y por ello genial, un relato donde la infancia es un fantasma triste que aparece para recordarnos la inocencia que jamás volverá.
                                                                                 
En El letrado y el fantasma,  un letrado alquila unos viejos despachos y se le aparece el fantasma del antiguo dueño que quiere que se vaya de allí, y el letrado le convencerá de que se marche él y vaya a otro lado.

En El juicio por asesinato un hombre asesinado se aparece a los jueces para vengar su muerte y encontrar al culpable; en El fantasma en la habitación de la desposada asistimos a la muerte lenta y agónica de una pobre muchacha sin voluntad. Este relato fue escrito en colaboración de Wilkie Collins, su gran amigo y también conocido escritor. La influencia de Collins se nota desde la primera página. Es el cuento más terrorífico de todos.

Fantasmas de Navidad cuenta la historia de dos chicos que están en un internado y que todas las Navidades vuelven a casa. Todos los años se reúnen y cuentan historias de miedo. En este relato se cuentan un par de historias hasta descubrir la historia de ellos mismos, con un final sorprendente.

En El Capitán asesino y el pacto con el Diablo, Dickens nos habla de los relatos infantiles que se contaba a los niños victorianos para asustarlos, a los que él achaca las irregularidades de sus digestiones.
Para terminar el libro con El niño que soñó con una estrella, un melancólico relato de amor filial y muerte, que si bien no es el mejor relato, es una historia preciosa y sin duda perfecta como cierre a tan escalofriantes historias. ...
  
                   
Los fan­tas­mas ani­da­ron siem­pre en el cora­zón de Dickens. En su infan­cia, una niñera a la que temía, le inculcó el miedo por las his­to­rias sinies­tras, de regre­sa­dos que venían exi­giendo la san­gre o la cabeza del niño Dickens. En su ado­les­cen­cia y madu­rez.  Siguió ali­men­tando su res­peto por lo sobre­na­tu­ral cuando se docu­men­taba para sus libros. Dickens vio fan­tas­mas en las cár­ce­les haci­na­das, en los hos­pi­cios, en escue­las públi­cas, y los tras­ladó a sus pági­nas. Enri­que­ció el pano­rama del fan­tasma vic­to­riano sus­ti­tu­yendo los cas­ti­llos por case­ro­nes y pasi­llos oscu­ros.

Los relatos góticos se escriben de muchas maneras, y la manera dickensiana es a través de un humor teñido de niebla. La carcajada se confunde con el grito y el quejido, la risa con el susto, el espasmo con el escalofrío y el horror con el terror. El ambiente y las descripciones, como siempre en Dickens, son impecables en este libro.

La Navi­dad está pre­sente como telón de fondo de muchas de las narra­cio­nes. La Navi­dad es una de las gran­des obse­sio­nes de Dickens, y  res­pon­de­ría a una doble razón: por un lado, era idó­nea para jus­ti­fi­car el con­tar his­to­rias en fami­lia; por el otro, qui­zás  había nos­tal­gia. Nostalgia por unas fechas per­di­das, de bue­nos pero tam­bién pro­fun­dos recuerdos.

Charles Dickens

Nació en Portsmouth (Inglaterra) en 1812, no tuvo una infancia plácida y feliz. Miembro de una familia de escasos medios, su padre fue encarcelado por deudas y todos se mudaron con él a la prisión. Obligado desde muy joven a trabajar en una fábrica de betún para zapatos, mantenía de esta forma a su familia, pasando muchas penalidades.

Dickens no tuvo una formación académica, sino autodidacta, y la suerte le sonrió el día en que consiguió un puesto como secretario de un abogado (1827). De esta manera, consiguió convertirse en cronista parlamentario un tiempo después. Este hecho le abriría las puertas al mundo de la literatura, publicando en 1833 la que sería su primera obra titulada “Esbozos”. Dickens, a diferencia de otros autores contemporáneos, obtuvo éxito y popularidad en vida, gracias a que publicaba la mayoría de sus obras por entregas en los periódicos y revistas de la época.

A parte de su faceta como escritor, Dickens fue también un hombre muy comprometido y avanzado a su tiempo, luchó por conseguir reformas sociales a favor de las clases obreras, y también en contra de la esclavitud, practicada en Estados Unidos.

Concluyendo, en esta recopilación de historias de fantasmas hay historias mejores y peores, pero en todas ellas maravilla el estilo de Dickens y con un ligero toque de humor. Estos cuen­tos que no asus­tan, abun­dan más bien en las des­crip­cio­nes psi­co­ló­gi­cas, las enfer­me­da­des del alma, las peni­ten­cias. Los mejo­res inquie­tan, los meno­res, dejan la son­risa puesta. Nin­guno eso sí, deja indi­fe­rente. Sin embargo, será mejor que esta noche dejéis una luz encendida mientras dormís….











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